La tragedia provocada por el terremoto y el tsunami que arrasaron el noreste de Japón el pasado viernes 11 de marzo, se agrava por momentos a causa del accidente producido en la planta nuclear de Fukushima. Los escapes radiactivos ya han afectado a las poblaciones en un radio de 30 km. de la planta, demostrando una vez más que la energía nuclear ni es limpia, ni es segura. Es hora de poner en cuestión el consumo energético de los países desarrollados, de plantearnos si realmente es necesario emplear toda la energía que consumimos y que pagamos a un precio tan alto, desde el punto de vista ambiental y sobre todo, desde el punto de vista humano.
No podemos olvidar que nuestra dependencia de los combustibles fósiles, y los altísimos beneficios que obtienen con ellos las multinacionales, está detrás del apoyo de los gobiernos occidentales a las tiranías de Oriente Medio y África, y en el pasado a las de América Latina. La guerra de Iraq, la ocupación de Afganistán, las muertes que causa la contaminación por petróleo en Nigeria, y más recientemente, la inacción de los gobiernos occidentales frente al aplastamiento de las protestas llevado a cabo por Ghaddafi en Libia, o por las tropas saudíes en Bahrain, son ejemplos flagrantes del coste del petróleo en dignidad y vidas humanas.
Mientras los pueblos árabes se levantan, y luchan pacíficamente por la democracia real (no la que sirve como excusa a las guerras imperialistas), y por hacer realidad en sus vidas la igualdad y la justicia social, debemos hoy más que nunca ser conscientes de que nuestra contribución a su lucha pasa por reconocer el papel de nuestro consumo energético en su opresión, y por apostar por fuentes de energía renovables, que si bien aún no han sido plenamente desarrolladas, son la única vía para conseguir una energía limpia, sostenible y justa, sin dejar de ser eficiente económicamente. Una energía no contaminante que, gestionada por y para los ciudadanos, no contribuya a ampliar la desigualdad Norte-Sur, ni las desigualdades en el seno de nuestras sociedades.
Puedes seguir el desarrollo de los levantamientos en el mundo árabe a través de la iniciativa de periodismo ciudadano GlobalVoices:
Libia: http://es.globalvoicesonline.org/cobertura-especial/levantamiento-en-libia-2011/
Yemen: http://es.globalvoicesonline.org/cobertura-especial/protestas-en-yemen-2011/
Bahréin: http://es.globalvoicesonline.org/cobertura-especial/protestas-en-bahrein-2011/
